La alborada se viste
de corintio. Mirando al techo nos dan las claras de la mañana.
¿Adónde te metiste el
finde que mis ojitos a ti no te vieron?
¿Transaste la
extradición de algún cancerbero a sueldo de Mordor o, tal vez, sigas
arrodillada sorbiéndole la polla a Golden Boy?
Niña, ten cuidado con
las arcadas de vómito pasada las 6 a.m
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