Tus lunares se
antojan irresistibles en esa oceánica piel de mármol tan tuya...
Tu cuerpo es una
obra de arte donde abandonarse hasta ser engullido por los rugidos de tu sexo.
Se me ocurre un juego: mi lengua lamiéndote cada hueco en un ejercicio tan
sabroso como el de mojar magdalenas en
horchata bien fría.
Tus rizos de tajín
son un bucle perfecto violando la Teoría de Cuerdas donde Kaluza-Klein se
dejaría sodomizar tras sudar el amor después del amor.
Tus innumerables
orgasmos me engullen ferozmente mientras desforestas las agujetas de mi pelvis
y decapitas diligentemente a todas las chicas anteriores a ti.
TÚ eres una fiera y
hembras como TÚ curan todo de un polvo.
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