domingo, 16 de diciembre de 2012

Symploké I




Un guijarro positrónico rompe y rasga -iracundo- los Límites de la Fundación…(demasiado desencanto en el orden onomástico). La sicohistoria positrónica sobrepasa la partícula subatómica de la antimateria opuesta delegando al ignoto siervo al servicio del credo tecnológico.

Los propios dioses en El Fin de la Eternidad dimiten por inanes hagiografías (lacerados por Laotsé, Mitra, Zoroastra, Quetzalcoátl, Jesús).

'Las palabras veraces –dice un fragmento del Tao Te King- no son floridas; las palabras floridas no son veraces'. Y, ahondando en ello, añade: 'el hombre bondadoso no discute, y quien discute no es bondadoso; el sabio no es erudito y el erudito no es sabio'.

Si el principio opuesto es complementario, sucesivo y simultáneo,
el intervalo estacional es solo una ilusión de inexistencia (en la Era de Acuario).

¿Entonces? Pensad en el pasaje del evangelio armenio de la infancia cuando El Ángel anuncia a María que va a concebir el Mesías le dice: “Su advenimiento puede acaecer a cualquier hora y cuando penetre en tu seno y habite en ti se convertirá en templo tuyo”.

Frente al advenimiento divino, el centro neurálgico del Humanismo cual esqueleto cerúleo.

Pues, “quien posea la palabra, posee la espalda”: ella dispone de la persuasión de los hombres y establece el orden.

Desprográmate, permanece quieto, calla, fluye, empequeñece. Sé el alter ego luminoso del lado oscuro como el dibujo de la nube de hongo en una explosión nuclear.
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