domingo, 30 de diciembre de 2012

La única verdad

   La igualdad se dejó seducir por la disipación o la impostura. La manifestación se torna la propia voluntad de los grandes códigos modernos. La radicalización del movimiento es el producto light de la violencia. Y la costumbre hedonista o psicologista se inmiscuye en el orden natural de actuación en el nicho ibérico.

   Una asociación libre de redes situacionales golpeará la cara al magnate en el desmembramiento de los particularismos a favor de la sobrepuja en la minoría real de calvos, lesbianas y toxicómanos.

Todo lo que decimos es cierto y todo lo que juramos de Nueva York también.


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