No acabaré muerto a los veintisiete ni ahogado en mi propio vomito: seré la figura interestelar que todas las chicas codiciarán mientras follan con sus insípidos novios.
Porque somos transgresores de una élite extinta con mala tinta y mejor fortuna, porque poseemos EL AGUANTE, porque nuestra es la tenacidad en la sombra de Keith Richard.... Asúmelo, nosotros estamos de moda y tú no.
Sin embargo necesito el vertedero de vuestras horas muertas, vuestros lastimeros retweets y de vez en cuando he de prostituirme para conseguir lustrar mi torre de marfil.
Descuida, de aquí a un tiempito compraré mi libertad y seré el antiguo artista conocido como Prince... Es el precio de la fama.
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