viernes, 21 de diciembre de 2012

Potemkin Kiddo




Mi tórax está tan sensible que no estoy para mensajes universales: tengo una de esas tardes grises perfectas para escucharse de un tirón 'Harvest' y ver fútbol por televisión.

Hubo un tiempo que sin tu cuerpo me daba por vencido. Hubo un tiempo que sin ti me perdía. Hubo un tiempo que aún no te conocía.´

Si perdí la conexión no fue por el inmenso clímax que dejó tu amor porque esa huella es nula.

Ningún cuerpo resiste tanta resurrección: ya no me renta aquel juego que te divierte tanto de hacerme feliz por un instante y perderte, de convocarme o borrarme según tu antojo, de necesitarme o apartarme depende qué hora.

Nuestra vida en común no es lo que fue ni lo que será ni lo que nos gustaría que fuera. Nuestra vida en común es lo que es: naufragio.

Jamás podré olvidar el sonido venéreo de tu gemido en mi oreja mientras te masturbaba sin apartar la braga pero estoy seguro de poder olvidar el resto.
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