Técnicamente, y bajo la supresión especialista del consejero, podrá detectar en su camino la presencia del maligno bajo su propio molde y actuar de acuerdo a las normas del "reglamento". Sigan así por Dios que dará de comer a nuestros hijos.
El pensamiento radical e íntimo no le pertenece lo más mínimo, por supuesto los problemas surgidos bajo la sombra del mismo tienen el carácter de lo ilegítimo. Está diferenciándose subjetivamente del resto, bajo la proyección simbólica, con el objeto de su supervivencia en una sociedad que premia la individualidad o la identidad minoritaria. Desvincularse de la mayoría tiene un carácter general, no solo en la forma, si no en el fin.
Aceptar la involución del pensamiento en cuanto a su forma y la necesidad imperativa de un nuevo orden es el privilegio de la transición. Jugamos al juego apocalíptico desde diversas premoniciones bajo un acuerdo de "sobrevivencia" olvidando la supervivencia.
El ser humano ha vivido en un habitad en el que ha adaptado un dogma consecuente al mismo. Pero ninguna especie puede ni podrá adaptarse a un mundo tan ligero, con una conciencia sumida en su pasado errático. Claro que no sabemos los derroteros de la vida y quizá el pensamiento consciente termine por unificar el cambio de la especie a favor de la vida en su último "coletazo". Claro que no sabemos el límite la consecuencia de ese gesto de amor germinal. El pensamiento no está cambiando a lo largo de la historia.
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