Cuando no está el
gato los ratones bailan. Y, claro, cuando las ratas abandonan el barco las
hormigas entran por la ventana.
En nuestros sueños
comienzan nuestras responsabilidades. La fidelidad es un acto de cinismo. Lo
que verdaderamente cuenta es la actitud de conducta. Para lograr algo
aproximado al arte hay que estar dispuesto a desangrarse y sobrevivir a la
propia muerte.
El autor vive en las
catacumbas. El poeta está solo en el mundo y el poema es un eco. Vive marcado
por el principio de la inspiración.
El día en el que
Samuel Beckett pide la liberación de Arrabal al franquismo es uno de los más
bellos, perfectos y concretos en nuestra existencia pánica como país.
Por ahí los franceses
viven de amortizar sus propios desechos y venderlos a los papanatas posmodernos.
Hay que meter cemento en la selva para hacer Brasilia. Y, ya luego, aceptar que
pensar ya fue.
En el café de la
juventud perdida se apura los últimos sicotrópicos.