(Después de un emotivo saludo, los dos literatos toman asiento en la modesta cafetería de cartel luminoso)
- ¿Luis, No te irías de putas con Bukowski?
- ¿Luis, No te irías de putas con Bukowski?
- Sí Francisco, pero no lo soportaría borracho.
- Claro, valiente. No me escondas que vives a costa de él.
- ¡Eh! No me confundas con un modernillo. Después de leer dos
libros de Bukowski ya te lo sabes de memoria. Me gustaron “La máquina de
follar” y “Escritos de un viejo indecente”, a partir de ahí me agotó.
- (Risas) ¿A cuántas chicas te has tirado con esa misma frase?
- Mi listón no baja de Lacan y Borges. ¿Hoy te measte, de nuevo,
en la cama?
- Probé dormir con el pastiche insoportable que es la música
étnica de Radio 3 y cuando empalmaron con S.XXI empezaron con mis dignos calambres
de entrepierna. Pero eso sí, he dormido bien. Esta noche intentaré que me
sodomice Mia Wallace.
- ¿Y volver a la adicción? Dice mi psicoanalista que la respuesta
reside en los puros de Dustin Hoffman.
- ¿Antes o después de tu segundo intento de suicidio? Menudo
numerito.
- Tienes que entender que tanto el fracaso de mi segundo
matrimonio como al desastre de mi última novela precipitaron los
acontecimientos.
- Ya…
- De todos modos. ¡Eh! Mírame, soy un hombre nuevo. Tengo un nuevo
proyecto entre las manos, todos los sábados tiro unas canastas con mi hijo y
recuerdas a Carolina… La rubita universitaria.
- ¿Quién?
- Si hombre, la amante de Lynch, aquella que nos recitó los
primeros capítulos de “Trópico de Cáncer” mientras la emborrachábamos en tu
piso a costa de un tequila barato.
- La recuerdo, menudo polvo.
- Si, ella me encuentra irresistible, batimos varios records
olímpicos mientras que tú… tú le sigues regurgitando “El principito” a tu pequeña. No
lo entiendo ¿quién te ha visto y quién te ve? Si hace dos días coqueteabas con
el “Crack”. (Malhumorado) Y va… y se presente la dichosa mudita y te reformas.
¿Qué harás con tu pose de poeta maldito? Si te soy sincero yo la compraría, así
mi asesor fiscal dormiría tranquilo.
- Ahora mi soneto perfecto es cambiarle los pañales a mi hija.
- ¿Y esta noche quién lo está haciendo? ¿El microondas?
- Ya no me apetece largas noches de insomnio persiguiendo versos
al borde del precipicio y cuchillos en los cajones.
- Te traicionas, amigo mío, ¿recuerdas el manifiesto del ochenta y
cuatro? La creación tomada por estúpida y redimida al marco del arte. Siempre y
cuando, lo que entendamos por arte, sea una cola light.
- No me toques las bolas a los catorce era mejor que Neruda a los
veinte.
- Tu siempre tan humilde.
- Pero Neruda siempre será mejor que yo.
- ¿Y eso qué quiere decir?
- Que las noches detrás del sexo y la carne se las reservo a
cualquier jovenzuelo. Ahora me limito a contemplar la misma grieta en la pared.
- No, no, no… Perdona tú has optado por la redención burguesa del
individuo aislado que no quiere morir solo ni babeante. Te aburriste de tu
largo fin de semana perdido tras oler el aroma del éxito y te uniste al club de
los “Progres” de medio pelo. Esa misma élite que odiabas tanto los
“intelectuales”.
- Bueno, ya es suficiente, voy a pedir ¿Qué quieres?
- A Beatriz y su regaliz.
Texto escrito por: Viceversa27 y El Hombre Satélite.
Aún escucho vuestras voces, con sus exactas entonaciones, cuando leo esto.
ResponderEliminarY luego me llaman rara a mi por tener una frase de Bukowski delante del retrete...;)
ResponderEliminarLa verdad es que me has hecho reír en esta soporífera tarde!xD
Besos.