perdí en el juego mi vista,
de tu falda corta con
otras fuerzas que no son las mías.
Y ahora que tengo más que perder
ya suena extranjera tus prisas,
por los restos de tu neceser
en una cuenta atrás para huir
del ruido de las bombas.
Y ahora que no puedo hacer más
que pedir perdón
por bajar contigo del Everest
voy a rogarte por favor
que no vuelvas para recoger
ninguno de nuestros pecados.
Y es verdad que estuviste bien
como es verdad que pasará otro día
o que siempre nos quedará
más frío que calor,
dónde romper nuestras rodillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario