Hay que tener clase hasta para acabar con la disidencia en Miami. Espero que mi decadencia sea tardía y Miami un placebo.
Hoy no esperamos una
revolución. Solo tenemos a una panda de violentos institucionalizados que quieren tomar el poder movilizando a la supuesta izquierda. Son los de siempre.
He visto a estimables mentes de mi generación echándose a perder votando a Podemos. Para algunos es una alternativa utópica a la desesperación; para otros, un medio para tomar el poder e instaurar su régimen. Dan verdadero asco.
Nosotros, las especies crepusculares que hemos sido convocadas para ayudar al pueblo con nuestros poemas, nuestras canciones, nuestro arte, debemos recordar nuestra misión divina. Nada ni nadie debe separarnos de nuestro destino.
Por eso, cuando aprieta el
frío, es de noche, el corazón está húmedo y cien pájaros volando, Miguel Ríos
canta para mi 'El blues de la soeldad'.
Y dile que la echo de menos...
