I) RESIGNAOS.

Como bien es sabido, redimir nuestros esfuerzos de compresión implícita es considerar nuestra maña al alter ego de Papá.

Sin embargo la manifestación absurda del panorama "idealista", escrita con la tinta de la movilización absurda, es cuanto menos de una ideología desenfrenada que nos lleva al desorden del individuo frente a la masa en una vano intento de aceptación social. Papá vestirá su ridículo sombrero de señora en la playa.

La rebeldía deja de ser un arma eficaz si existe el rol de prole. La convicción nos conduce al desencanto.


La indefensión aprendida afecta plenamente en el “locus of control” alternando nuestra capacidad de meros observadores (tediosos, por supuesto) con la respuesta impulsiva e improvisada. El temor, mi amigo, se extiende más allá de la linde que nos separa. Hay quien se alimenta, con la ausencia de la duda, en la forma en que cree (a ciencia cierta) cada uno de los dogmas conforme con su ser aislado. Muy respetable, querido mío, pero no por ello cierto.

Comprende que no se debe permitir que la línea que separa al individuo de su exogrupo se difumine con cantos amparados en la agitación colérica. Vivimos en tiempos de inconformismo desde la cama que abriga el verano. Sudamos como nunca el despropósito cuando recibimos factura mensual. Y aún así necesitamos el megáfono para ser escuchados (o callar al resto).


Y en esta especie de frenopatía sin sentido andamos.

¡Españolito qué raro eres! Muy propio de ti el chinchar y chinchar hasta que alguien te dé la primera bofetada.

¡Lástima España, antes ibas de nueva rica y ahora sólo eres una caña mal tirada!

Por ello, la maltrecha situación comatosa del país era de esperar y esto evidencia que el desastre nuevo sea un dedo índice que señala implacablemente a los ambiguos y a los vacilantes: sin la solidaridad de todos no levantaremos cabeza.

Entonces, para despedirnos hoy día 30 de junio del 2012, España, ¿tragedia o drama? Ninguna de las dos. Expaña fue y será una farsa.