-¡Cucú! ¡Te tengo! Adivina quién soy
-A ver, dame alguna pista.
-Bueno, podemos decir que… soy la sensación política
de la temporada.
-¿La infanta Elena?
-No, mujer, no. Venga, piensa. Alguien que os anda
prometiendo el cambio que tanto esperabais.
-Mmmm.. Francisco I.
-¡No, justo lo contrario! Alguien que está harto del
bipartidismo, del turnismo, de que siempre nos gobiernen los mismos y para los
mismos…
-¡Ya lo tengo! ¡Eres un líder del 15m!
-No, hija, en el 15m no hay líderes. Podemos decir
que formo parte de un fenómeno periférico, pero muy, muy importante.
-¿Sólo ibas cuando había borrachera?
-No, no. Soy parte de una plataforma que promueve el
cambio. Ante la apatía, el desencanto con la casta política, los excesos del
actual sistema, nos declaramos capaces de cambiarlo todo desde la raíz. Nuestro
objetivo: unir a las víctimas de esta injusta situación en una plataforma
abierta y plural.
-Ah, venga. Izquierda Unida.
-No, no soy un político profesional. Aunque nuestro eslogan va por esa línea: tú piensas que no puedes, pues nosotros pensamos que…
-¡Que “SÍ SE PUEDE”! ¡Ya lo tengo, eres de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca!
-No, no. Casi, pero no. Ellos lo formulan con un
“se” impersonal: se trata de una acción sin sujeto. Nosotros apelamos al
conjunto de los ciudadanos. Te invitamos a sumarte a nosotros, a ser agente
activo de la transformación.
-“SÚMATE AL CAMBIO”. Ya lo sospechaba yo, Mariano...
-¡No, ibas bien encaminada! Sólo que, en lugar de
ese frío “se”, utilizamos en la misma frase una primera persona del plural, para que
nadie se sienta excluido.
-Ah… ¡YES, WE CAN!
-¡Felicidades, eres la primera española que se da
cuenta! Caliente, caliente, pero no. Digamos que mi nombre es de esos que te
marcan de por vida: un recuerdo imborrable de mi compromiso para con la
izquierda.
-¿José María Izquierdo?
-¡No, no! Venga, te lo digo. Esto no tiene sentido,
me rindo... Soy Pablo Iglesias.
-¡El histórico
fundador del PSOE! ¡Aléjate de mí, espectro!
-¡No, mujer, el de PODEMOS!
-¿Obama? Pensaba que tus tácticas de sustraer
información eran más refinadas...
-Mira, soy el tipo ese de la coleta que se dedica a fustigar
públicamente a los fachas en “Las mañanas de Cuatro”, “El cascabel del gato” de 13tv
y, mi favorita: “El gato al agua” de Intereconomía.
-Pues hijo, la verdad es que no sintonizo mucho esas
cadenas que me dices.
-Veamos si un breve currículum te sirve de algo. Soy
profesor de Ciencias Políticas en la Complutense. Mi tesis doctoral fue,
precisamente, sobre los nuevos movimientos sociales. Soy un joven teórico
político, responsable, por ejemplo, de la noción de Círculo Podemos.
-¿Qué es eso?
-Digamos que organizas una reunión-tertulia-fiestuqui
con tus colegas-familiares-novio y discutís propuestas de base que luego envías
a la organización-canalizadora-del-descontento-social.
-Mmmm, eso me suena más. ¡Ah, ya! Creo que te
confundes. Te refieres a lo que en los antiguos partidos comunistas se
denominaba una “célula”. “Célula”, no “círculo”. Era igual que lo que me has
contado, sólo que en lugar de “reunión-tertulia-fiestuqui” era “garantizar el
pensamiento único y forzar la autocrítica cuando el militante se desviaba de
él”, en lugar de hacerlo con “colegas-familiares-novio” era con “camaradas” y esa
“organización-canalizadora-del-descontento-social” se llamaba “el Partido”.
-¿Cómo puedes acusarme de plagio con tanta ligereza?
¡¿Pero quién te crees que soy?!
-¡Ya lo tengo!.... ¡Vladimir Ilich Lenin!
-¡Enhorabuena! ¡Al fin lo has pillado!
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