Adolfo, rejuveneciste la libertad auténtica de un pueblo con acné. Como un actor de Hollywood, asumiste, en un papel de rey de farándulas, la amnesia de tu España hastiada, que bebió en tu aliento el cáliz de tu sombra.
Los que te llamábamos Adolfo, preservaremos cada día el legado histórico de Suárez.
Padre sólo hay uno.
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