lunes, 18 de agosto de 2014

La era del vacío- Teoría y práctica (II): La estructura de las revoluciones científicas



Las entradas de Kuhn son un cambio de paradigma...




Dios/la Selección Natural/el Nous/la Gran Mente creó al renacuajo, maravillosa criatura. 

Le había sido implementado un software que durante su adolescencia alteraría su aspecto simplón de bolita con cola. Primero se le anexaría un par de patas traseras. Luego irían asomándose las delanteras, y la cola se reduciría, volviéndolo una rana en miniatura. A la par, pongamos, crecería y crecería hasta alcanzar su tamaño final. Esto es, lo que se dice una evolución

Pero, ¿qué me dirían si les cuento que el plan de Dios -o de cualquiera de sus paredros-, pese a venderse así para recaudar fondos, era mucho más chapucero?

En realidad la Inteligencia Suprema lo que hizo con el pobre bicho, cuando le llegó la hora en la que se preveía su primera mutación, fue matarlo y tirarlo por el váter. En su lugar creó de la nada el prometido renacuajo-con-dos-patitas-traseras. Pasó un tiempo, se demandaron manos. ¡Oído cocina! Dios destruyó a su reciente creación, y fabricó otra con el look deseado. Cuando el inspector vio una cola demasiado larga, de sopetón rodaba el tercer renacuajo ladera abajo y ya empezaba a materializarse el cuarto, esa mini-rana que aparecía en el folleto. Finalmente, el aumento de tamaño, que parecía lo más fácil, encubrió un último crimen... 

En apariencia se trataba de una evolución, pero en realidad fueron creados cinco seres distintos, todos ellos desechados en un determinado momento, salvo el último y -acaso- definitivo. Si llamamos a uno de los renacuajos"la física de Aristóteles", a otro "la física de Newton, a un tercero "la de Einstein"]...] vemos más claro qué ha sucedido: algo que tradicionalmente se entiende como un progreso, como una construcción gradual, paulatina, pero que, para afirmar su último exponente, necesita asesinar al ejemplar que le precede, desecharlo como inválido.  

Esto de dejar a un lado todo lo anterior ¿es realmente una evolución, o un movimiento ciego, sin sentido? ¿No es contraria la noción de Revolución, el poner patas arriba el orden establecido, a la de Progreso, una derivación lógica de lo existente? 

¿Y a quién estamos formulando estas preguntas retóricas?

Sin duda no a la última ranita que, recién llegada al mundo como está, no tiene por qué guardarle simpatía a aquellos que la precedieron, que ni siquiera ha conocido, y puede -sólo ella- cargárselos de un plumazo. 




...culminado por Foucault.

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