Es un panteón compuesto casi exclusivamente por machos, requisito obligatorio para cualquier aspirante a patriarca espiritual de una nación. Los hagiógrafos acentúan las características masculinas, o tradicionalmente entendidas como masculinas (cuando se es joven se es joven aventurero, si anciano, barbudo meditabundo, de derechas, hombretón conservador, de izquierdas, muchachito apasionado). Si late la homosexualidad, se busca el drama o el trauma, si es al contrario, al mujeriego a explotar de amor.
En toda sociedad rígida los individuos ejemplares son filtrados por una corte de símbolos fálicos y una hombría desmesurada. Así sucede con el cetro de los reyes o la representación paternal de los dictadores. Si el sátrapa es el padre de los ciudadanos y la patria su Madre, sus cantores son los amantes que le envían a esta cartas de amor para socavar el monopolio sexual del primero. No existe un conflicto real en este triángulo amoroso y todo el drama es una farsa preparada de antemano, con muchas subvenciones de por medio.
La admiración incuestionada a personajes semificticios puede curarse con un simple acto: deshacer el macho propagandístico, en vistas a enfrentarse a la verdadera criatura de carne y hueso, la criatura tal como es, sin juzgar a través de una definición sexual exagerada. Para derrumbar ese edificio nada mejor que una dosis de negatividad mediante el juego de palabras, construyendo expresiones que nos permitan modelar la realidad a nuestro antojo. La lista no pretende ser exhaustiva.
Pío Maruja
Lope de Verga
Miguel de Anomuno
Rafael Abierti
Rafael Abierti
Ramón María del Falo Hincar
Camilo José Cola
Juan Mamón Jiménez
Jorge Manrica
José de Echegagay
Antonio Buero Falojo
Gartrolaso de la Verga
Fray Luis de Mamada
Antonio Buero Falojo
Gartrolaso de la Verga
Fray Luis de Mamada
Bujarrón de la Barca
Arcipreso do Mita
José de Esproncerda
Antonio Mamado
La Lorcaza
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Arcipreso do Mita
José de Esproncerda
Antonio Mamado
La Lorcaza
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