Como Van Gogh yo también quise pintarle los labios antes de morir.
Aún no supe asumir que esta vida demasiado plácida me extingue. Ansío aquel terremoto particular que era la vida del poeta errante tras el verso definitivo que quizá no exista.
Tarde o temprano sangrará la herida y no será el momento de hacer frases.
Tiene que existir.
ResponderEliminarYo corro tras ese verso.
Muua!