martes, 31 de julio de 2012

Basura

¿Ves ese rastro de vómito, de desperdicios, de restos de aquello que creíamos ser, aquello que éramos?


No son más que los restos de nuestra impotencia, de nuestros deseos, de los sueños que nunca llegamos a cumplir del todo. Son la basura de aquello que creímos, inconscientes soñadores, cumplido, apenas una quimera deforme de lo que habíamos soñado que podría llegar a ser con nuestros corazones henchidos de sueños.

Ahora los miramos con nostalgia, nostalgia propia de niños, que apenas han visto pasar ante sus ojos unos cuantos años, aún crédulos, creyendo que todo aquello que imaginan se hará realidad, cuando la realidad es que mucho sudor les costará lo que su pequeña cabecita tardó un segundo en concebir.

Y ahí está, un vómito de una noche de borrachera, desperdicios de un día humano, restos de una copiosa comida, como cualquier basura humana, los restos de toda una vida, lo que sobra, lo que nunca alcanzarás, lo que apenas rozarás con los dedos.
Enciérralos, en lo más hondo del cubo de basura, porque de lo contrario derramarás lágrimas por su causa, lágrimas que al final tendrás que añadir a la bolsa de plástico perfumada. La misma bolsa que el camión de la basura recoge a la misma hora a la que llegas a casa, y cuyo escándalo te impide dormir en paz, sabiendo que se lleva tus anhelos más preciados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
El Yugo Eléctrico de Alicia se encuentra bajo una LicenciaCreative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 España.