lunes, 13 de agosto de 2012

Arañas Peligrosas.

El talento que no se aprende transgrede la adicción del poeta y lo condena a la balanza, entre la sed de sangre o el dulce mártir.

¿Está usted convencido de sus palabras?¿Tan barato se vende? Hágame caso, querido, estamos lejos del tiempo hipnótico y la cosecha tiene referencia en el cálculo. No me la puede jugar tan fácilmente como cree. Otra cosa sería que yo quisiera que usted se mantuviera en paz, tranquilo o ágil.

La prueba: "Y ya de por sí propicio a la mala cepa, llegado el caso,renuncié a mi molde por el suyo. Si me alientan he llegado a ser el estribo de mala yegua".

Ante la verdad cambiante, ante lo insulso del progresismo y postrados a la evidencia de una prole. Desnudamos nuestros cuerpos para vestir con distintos Santos la misma cama. Para dormir bien nos aferramos a la quietud de un juicio (como saben sigo buscando algo de ética, no hay evidencias) que desparrama sobre las sabanas la única verdad o trampa.

In crescendo:
¡Vivan los sepultureros de la combinación!¡Vivan los sepultureros de la combinación!¡Vivan los sepultureros de la combinación!¡Vivan los sepultureros de la combinación!¡Vivan los sepultureros de la combinación!

El movimiento decisivo ya se acerca a paso solemne con una mano decisiva. Las nociones que quepan en su quijotera rezuman por excéntricas, con las sobras de esa ingente cantidad de basura que les rodean. Probablemente reviertan en la apertura del espejo a nuestros ojos.

El mundo no especificó lo voraz en los innumerables bocados breves.

¿Aquellos que nos enseñan de moral o mejoran nuestra base psicológica comprenden la estupidez del gesto?
(Profunda y severa negación)
En absoluto. Quizá olvidaron la risa en alguna cama.


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