miércoles, 6 de junio de 2012

El Aire de la Calle

Hemos olvidado la razón del propio ser humano. La conducta retrograda alienista reside simplemente en la falta de comunicación pragmada en el narcisismo y la soledad. Entendemos la seriedad del problema cuando, en algunos casos, la violencia se sirve del mecanismo individual en el ser aislado.

Corremos peligro.

La indefensión aprendida afecta plenamente en el “locus of control” alternando nuestra capacidad de meros observadores (tediosos, por supuesto) con la respuesta impulsiva e improvisada. El temor, mi amigo, se extiende más allá de la linde que nos separa. Hay quien se alimenta, con la ausencia de la duda, en la forma en que cree (a ciencia cierta) cada uno de los dogmas conforme con su ser aislado. Muy respetable, querido mio, pero no por ello cierto.

Cuando no se entiende con claridad el mecanismo en la red de acciones que nos llevan al éxito o al fracaso concurrimos en la infracción.

El errático juega con las riendas de su vida cuando es consciente de su juego. Sin embargo, hay quien no se divierte pero juega. El peligroso. El que se cree cada una de sus palabras y es capaz de montar la escabechina padre porque el “corro de la patata” es un juego burgués y le cierra el patio a los niños.

Hay que saber que la opinión de cada cual subyace a la verdad. Y para ello nada mejor que una sesión de “spinning” de siete a ocho, o si lo prefiere “aquagym” ahora que se acerca el verano.

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40 años de pasajes y guitarras como escarpias:


3 comentarios:

  1. Este texto da una cañita que ya me gustaría a mi dar a veces.

    Muy bueno.

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  2. Circulos viciosos de los que cada vez es más difícil escapar.

    Muuuac!

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