Difícil transformar la hegemonía de pensamiento recurrente cuando lo
único constante es el cambio...Hay suficiente sangre en el mundo para
que te desangres.
Hay un tipo nervioso que no deja de
dar vueltas por el estudio. Invoca el nombre de Bob Dylan cada tres minutos. No
está mal. Pasa que llega a ser un replicante. Se confunde con un fanático
religioso.
Alguien a pie de calle parece un
oficinista o un redomado cretino. Como intérprete podría llegar a trabajar en
cualquier rincón del mundo donde la sordera y la tartamudez sean lenguajes
universales.
Lucía contempla el escenario desde la
ventana incomprensiblemente. Desde su propia oleada de intimidad hay una
creciente ternura con los ojos blancos de espejo.