Si lo mejor del amor son las reconciliaciones,
lo mejor del fútbol son los goles. Y, bien, tal afirmación categórica, se
reduce, por ende, en un axioma facilón con altos vuelos de verosimilitud.
Hoy por hoy, quizá el rock sea cuestión de
actitud por falta de rectitud moral y física de quien se cuelga al ciclón. Hoy
por hoy, quizá el alcohol sea la droga más consumida porque la sociedad es
sumisa y presumida en la tontez más hortera.
Cualquiera que ponga atención al susurro
quedo de Tom Waits en Lullaby sabe
que escurro el bulto de la razón pura si la primavera madura este invierno de
averno y desventura.