Las grandes mareas llegan a las calles herrabundas,
los peces pasean con aire de pescadores,
los cangrejos escalan a lo alto del campanario.
Pero el agua pronto se bate en retirada,
todo vuelve a su sitio y su horario,
la mala hierba vuelve a crecer,
el pueblo vuelve a vivir un banquete
que se pudre al sol.
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