A veces cuando los
resultados son malos volver a casa es complicado. No sólo abandonamos la
referencia al colectivo, sino también al sujeto y el acto democráticos. Algunos
nunca dudaron de la existencia de Dios ni tuvieron miedo a la muerte. Pues
quieren llegar cadáver para volver a nacer.
Nos encaminamos a un
paralelismo moral coetáneo. La vuelta sobre nuestros pasos no solucionará lo
más mínimo.En España el pánico no tiene sentido. Los niños reciben
demasiadas hostias que no podrán recapitular. ¡Cómo se esfuerzan en que
colaboremos, en que aparquemos el sofá por unos minutos y mojemos nuestros
sopones en la sopa política!
En el pensamiento de
Durkheim para hacer efectivo el fin de los lazos sociales es necesario que los
componentes de la sociedad se apropien de las creencias internalizadas y actúen
conforme a ellas.
Así,
Kimpling comentaba que un hombre inteligente se repone de un fracaso pero uno
que no lo es no se recupera de un éxito. Por eso, sólo el discípulo ante el
profeta o el creyente ante su iglesia, son capaces de efectuar dicho sacrificio
del intelecto.
Es sabido que la identidad personal reside en la memoria y que la anulación de esa facultad comporta la idiotez. Las repetidas afirmaciones de pluralidad que dispensan los párrafos anteriores pueden inducirnos a error. Es digno predicar a la muchedumbre silenciosa mientras ésta sigue maquinalmente el curso del oficio litúrgico...: incestuosos instructores budistas que en el mediodía de su infancia profesan adoración ilimitada al tigre.
Al ciudadano puede
mellar este deterioro pero no a la aristocracia. Un ejemplo claro de la
decadencia nacional es el estado obsceno del artista a un pelma pegado: Nacho
Vegas militando en 'Podemos' es la autoparodia del indismo progre. Hubo un
tiempo en que componía bellas canciones. Ahora vocifera panfletos políticos. El
vituperio de memeces multiplica a sus propios afiliados. Humillante. Esperemos
que los jóvenes tomen el relevo y los próceres limpien el escenario en 500
noches para una crisis.