![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5QqCajyukrTXLD7_75ezw2ABqEKrfY1DzGjy9NwRN_wwQAcF8tkH1uZSyUqWUhcHbecbIZ2Q5ofQCzh4ASf7LenMlQX_uFdEh518ymBJ0tdIcOaPuC6GpcXVvyKDDqhVUdUN1ZJEBQ7s/s200/Canari1o.png)
- ¿Por qué te vas?
- Todos hacen lo mismo. Se van para empezar de nuevo, para olvidar los trucos y las tonterías, para ser ellos mismos, para que, en la igualdad de condiciones que brinda el despegarse de prejuicios y de roles, puedan ser escuchados y tratados con sentido común y comprensión.
- ¿Y qué es del tiempo que llevamos juntos?
- Demasiado ya. Supera de sobra la cota, el baremo, la frontera y el nivel de aguante por mi parte. Que una cosa es estar todos los días tristes o con cara de profesional serio y otra muy diferente es ser triste o profesional serio resultando ser un amargado de la vida. ¿A eso lo llamas amor?
- Yo te quiero y daría un brazo por ti.
- ¿Por quién? ¿Por el resultado que has creado? Si ni siquiera quiero abrazarte ya. Dime, ¿de qué te serviría desmembrarte, a parte de probar, en vano, apego hacia mi? No entiendes que a quien yo quiero es a mi pasado en el que no tenía que lidiar con tus manías ni con tu cárcel.
- Mira, olvídalo todo, por favor. ¿Quieres? Si en algún momento piensas que cometí un error, discúlpame. Todo tiene solución... Cambiarán las cosas.
- Cierto, a partir de ahora cambiarán para los dos. Yo dormiré como un bebé y tú cenarás como alguien de la tercera edad.
Sírvete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario