martes, 4 de noviembre de 2014

No es una broma.







   Todos los ciudadanos nacemos libres e iguales. Parece una perogrullada pero a estas alturas del partido sabemos que no está mal recordarlo.

Estamos en un momento en que solo caben dos opciones: la revolución o la regeneración. Lo único convincente es construir la segunda. Ella es la auténtica valedora de proveer la seguridad y la garantía constitucional. 

Debemos dar la batalla. No basta decir. Nos jugamos demasiado.