lunes, 18 de marzo de 2013

NO VINE A DIVERTIR A TU FAMILIA (INTROito fractal).


¿Es pensamiento desiderativo conjugarse adalid de tus pares? ¿Es sentimiento reiterativo la incesante búsqueda de la fe absoluta? ¿Se considera determinismo moral la aceptación del ser por uno mismo? ¿Se macera el virtuosismo espacial desde la experiencia desprendida de la convivencia con la derrota? A caso, ¿estamos hecho para sacar pecho y caminar por el techo?

Mientras el puto mundo se cae a pedazos siempre se filtran algunos retazos esquivos que leídos entrelíneas nos ofertan una jugosa porción de la tarta escarlata del placer: territorios inhóspitos por explorar intrépidamente, espacios estelares por teletransportarse gloriosamente.

Estos ufanos pastos del verano se conocen como islas de abstracción total. A ellas sólo pueden llegar los hombres adultos en razón y gobierno. Para ellas ha de conocerse la profundidad del cosmos que habita en el interior del agujero ámbar que es el Hilo de Teseo.

Cuentan que acariciar con los pies sus riberas, sobrevolar con el rodal del gusto sus nenúfares, es privilegio otorgado por la Divinidad al Siervo del Hacedor. Aquél guerrero oceánico capaz de bautizar con ambrosía y humedad las tierras yermas de la Tierra.

Allá, donde el sabio se retira para encontrarse con el Fin, sólo el samurái es capaz de campar. 


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