Abandonó la moda por una cueva en lo más profundo de Manhattan. Una auténtica aventura en busca de cocodrilos en las cloacas que nada podía envidiar a un safari en la Sabana.
Es una mujer de emociones, productos light y nevera intertropical.

La alusión a un tacón que se rompe, de forma casual junto a un callejón oscuro, mientras una mano invita a un cigarrillo mediocre.
A media mañana, conjunta una falda corta con una rebeca fina. Utiliza recurrentes limpiabotas en la estación de metro.
- Solo abrillante mi zapato, querido.
- No puedo señora, el tacón de una mujer nada tiene que ver con el de un hombre. No se trabajar con tal materia prima.
- ¿Y cuándo volverás a estar tan cerca de unos muslos como los míos?
- En mi oficio nunca traté con mujeres.
- ¿Y si le abro las piernas?
wkhfcsdkafgkidhfw. Me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarMe ha encantado! Y esta genial ambientado el texto.
ñññ, la foto<3.
Muaa
De lo mejor que he leído en tiempo.
ResponderEliminarTe felicito.
Saludos.